AJENOS
11:18
Vivir
en un ambiente cristiano constante te pone en una zona de confort muy padre,
pues toda la gente que te rodea habla de Dios, hablas de cosas en común y nos
acostumbramos a ese contexto de ir a la Iglesia la mayor parte de nuestra
semana, tienes actividades que te orillan a estar adherido a la palabra, a la
instrucción de tus pastores, de tus líderes, de tus amigos que igual que tú
anhelan agradar a Dios.
¿Pero
qué pasa cuando salimos al mundo? Booom nuestra burbuja cristianoide explota y
comienzas a convivir con diversos tipos de personas que hablan, sienten,
piensan y actúan totalmente diferente a lo que estás acostumbrado. Es
complicado, es bastante bochornoso lidiar con gente que no está en el mismo
canal que tú y no es necesario que salgas de viaje para darte cuenta de esta
situación, solo echa un vistazo a aquellas personas con las que estudias, o con
las que convives en tu trabajo, todas ellas tienen una perspectiva diferente de
los estilos de vida y creencias. En ocasiones quisiera que existieran civilizaciones
exclusivamente para cristianos donde sea difícil pecar, donde todos hablemos de
lo mismo y tengamos todo en común, donde todos tengamos la cultura de la
oración, el ayuno y la lectura y que la Palabra sea el tema de conversación a
la hora de el cafecito con los amigos, incluso en la escuela, compartir con
alguien lo que te está sucediendo y no ser juzgado, sería para mí muy sencillo
seguir a Jesús.
Esto
que te cuento es totalmente una utopía para mí; pero la realidad es totalmente
distinta y aceptarlo a veces duele. Vivimos en un mundo donde el enemigo ha
penetrado tan fuerte que todo lo malo es normal, y redundantemente ya no es
malo…
Un
mundo donde hablarse con maldiciones, hablar de sexo, de drogas, de
promiscuidad, donde decir cosas con doble sentido es gracioso y nuestro corazón
y mente están maleados al por mayor pero es lo que está en onda, es lo que te
hace ser parte de y es lo que identifica a la juventud actual y aunque no lo
creas ahora es más fácil que le hagan bullying a una persona cristiana que a alguien
homosexual y no quiero decir que agredir sea bueno, a lo que voy es que ahora
los rechazados somos nosotros por creer en la verdad absoluta que viene del
padre a través de Cristo Jesús en vez de
rechazar lo malo, lo que no agrada para nada a Dios.
Es
tan bochornoso ser el rarito del salón, es incómodo no tener un tema de
conversación en común con los que te rodean, donde se supone que debes de
tratar con gente un poco más madura y te topas con niños que hablan de cosas de
niños…
Y esto me lleva a la Palabra donde dice “Cuando
yo era niño, hablaba, pensaba y razonaba como un niño; pero cuando crecí, dejé
atrás las cosas de niño.”
En 1 Corintios 13:11
Pues al conocer
a Cristo e ir creciendo con la sabiduría que nos da pues te das cuenta que no
encajas, te das cuenta que fuiste diseñado para ser el factor de cambio de tu
habitad; pero sabes a la vez es emocionante estar en estas situaciones donde
Dios prueba tu corazón y se comprueba si realmente tienes la convicción que
presumimos tener.
Y si te está
sucediendo algo así donde eres el bicho raro del lugar quiero animarte pues
Dios no te ha dejado solo ahí donde estas porque Jesucristo hace una afirmación
que me emociona, me alienta y me pone los pelos de punta esto que me pone eufórica
se encuentra en el libro de Juan 17 del versículo 14 al 19 y esto dice así:
Les he dado tu palabra, y el mundo los odia,
porque ellos no pertenecen al mundo, así como yo tampoco pertenezco al mundo. 15 No te pido que los quites del mundo, sino que los protejas del maligno. 16 Al igual que yo, ellos no pertenecen a este mundo. 17 Hazlos santos con tu verdad; enséñales tu palabra, la cual es verdad. 18 Así como tú me enviaste al mundo, yo los envío al mundo. 19 Y me entrego por ellos como un sacrificio santo, para que tu verdad
pueda hacerlos santos.
Entonces si habías tenido dudas de porque te pasa
todo lo que te pasa pues aquí está la respuesta, porque si Jesús siento el
salvador de la humanidad tuvo que pasar por pruebas tan fuertes y fue rechazado
por hablar de la verdad pues no entiendo por qué tú y yo teníamos que quedar
ilesos de los “daños”.
Pero ahí donde estas de ti depende mantenerte
firme en la palabra, en tus creencias, en tu convicción. Y un consejo no dejes
que la actividad diaria intervenga con la intimidad entre Dios y tú.
Solo se fiel hasta el último día y agrada a Dios
con lo que haces e incluso con aquello que dejamos de hacer.
ANII FUNES
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